Entrevista

Silvia Abril: "Todavía no he sufrido la invisibilidad, tengo 52 años y estoy trabajando más que nunca"

  • La actriz y humorista se somete a la entrevista 'Fuera de contexto' con Rebeca Marín.
Silvia Abril. Fuera de Contexto
Silvia Abril. Fuera de Contexto
Silvia Abril. Fuera de Contexto
Silvia Abril. Fuera de Contexto

Silvia Abril, 10 de abril de 1971, Cali, Mataró.

Silvia Abril es una tía grande, pero hoy, todavía lo es más. Charlamos en una sala del Museo de las Ilusiones donde aparecemos distorsionadas y ella es gigante y yo nimia. Y pensándolo bien, quizá esta sala solo muestre la realidad, porque a su lado, una se siente pequeña. "Soy tan grande que me han tenido que dar el Teatro de Mérida, donde caben 3.000 personacas, y los voy a ver a todos como te veo a ti", me dice entre risas.

Y es que estrena la obra de teatro Las Asambleístas (las que tropiezan) el próximo 5 de julio en el festival meritense. Un texto de Aristófanes que ha adaptado José Troncoso, donde se habla de muchas cosas, pero, sobre todo, de una que está más presente que nunca en el debate público, la igualdad entre hombres y mujeres.

"Parece mentira que el texto sea del 400 antes de Cristo y estemos en la misma lucha. Han pasado 2423 años y estamos en las mismas todavía, luchando contra el patriarcado y esta sociedad tan machista, a pesar de que ha habido muchos cambios", afirma. Cambios que ha visto con sus propios ojos a lo largo de su carrera. Antes, las mujeres en su sector se contaban con los dedos de las manos, asegura.

"Hemos abierto paso, se nos ha abierto camino y ya no hay vuelta atrás, cada vez hay más mujeres en los equipos técnicos de las películas, dirigiendo, escribiendo teatro, escribiendo historias de mujeres maduras como es mi caso. Una mujer con 52 años a la que le pasan muchas cosas y tiene muchas cosas que contar", dice.

Consciente del llamado edadismo que sufren las mujeres, dice rotunda: "Le doy gracias a las que me precedieron y han abierto camino, yo soy una afortunada porque no he sufrido todavía la invisibilidad, tengo 52 años y estoy trabajando más que nunca".

Y prueba de ello es que en breve estrenará también una nueva comedia española, Alimañas, porque el drama no va con ella. Apuesta por el humor más que como medio de vida, como medicina para sobrevivir cada día, el antídoto a este mundo tan deteriorado en el que nos encontramos, asegura.

A pesar de esto, y de que su pareja sea el cómico Andreu Buenafuente, en su casa, de vez en cuando, hay un espacio para seriedad. "A ver… en casa no estamos todo el día jiji jaja, hay que educar, Andreu no tiene mala leche, pero yo sí". 

Es la segunda de cuatro hermanas, todas muy "gallinas" -así alude a cómo se protegen- y, aunque parezca mentira, iba para abogada, pero supone que "ganó en la balanza, el teatro, la comedia, las tablas, el mundo del espectáculo". Un mundo en el que ha interpretado a decenas de personajes, como Isabel Gemio, Ana Rosa Quintana, su famosa niña de Shrek, e incluso ha participado en el revivido Festival de Eurovisión cuando actuó con Chikilicuatre.

"Eso fue un sueño, y no lo olvidaré jamás, un gag llevado a la máxima expresión"; afirma. Una mujer de 52 años con el espíritu de una niña, a la que seguirá alimentando con ilusiones, por eso quizás hoy, en este museo, no estaba tan fuera de contexto.

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